Abran sus jabones, es una orden



Cada vez que no sois capaces de abrir un jabón de Olivia, muere un gatito en Segovia.

Vale, ahora en serio, eso no, pero a mi se me parte el corazón en dos.
Te imaginas cocinar durante todo un día, y haberte pasado pineando horas y horas en busca de cosas monísimas y riquísimas para hacer y que de pronto tus comensales te digan... ay es tan bonico, que mira no, no lo vamos a comer, déjalo ahí que hace bonito encima de la mesa... ¿has visto que bonito queda?. Respira, se te ha puesto una gota como los dibujos manga, y ahí te queda la comida... por bonita!

Ok, negociemos, el packaging es mono ¿verdad?, bueno, al menos lo hemos intentado, y empaquetamos a mano uno a uno, y hacemos el lacre uno a uno, (si majos, uno-a-uno) y cuando Chechu libra es verdad que lo ponemos de "pegatineador"oficial, dale que dale a las pegatinas. Es más, es probable, que si te quedas en la tienda mas de una hora, te sentemos a poner pegatinas... Pero el objetivo del packaging es solo eso, empaquetar, y hacerte sentir que eres especial abriendo ese algo, porque si, hay que cargarse todo el papel cuando quieres sacar el jabón, y da pena, o gustirrinín, según como lo sientas. Y no se si lo sabéis, pero es un placer de reinas abrir algo que está hecho para hacerte feliz. A mi siempre me ha gustado el packaging, las cosas especiales,...  pero ya os digo que el lujo de verdad es el de romper, usar, comer, gastar y utilizar las cosas para lo que de verdad están hechas. Y yo no quiero hacer jabones de armario, los jabones de armario no molan nada, todos esos aceites maravillosos, esas fórmulas divinas que te van a cambiar la cara, metidas entre jerseys y bragas... que no... que no, que me niego, así que hoy voy a sacar la pizarra de profe y os voy a dar razones rompiendo 3 mitos para que les deis una oportunidad. Atentos a esta entrada, espero que aprendáis un montón.

Mito 1- Si son bonitos no son buenos. 

Otros mitos en la misma categoría son "rubia y tonta","guapa+feo es que el feo tiene dinero" y "las gafas te hacen mas listo".

El mercado está lleno de cosas feas que son buenísimas y muy efectivas, eso es verdad; brocoli cocido, vinagre para el pelo, y el mismísimo papel higiénico son tres ejemplos perfectos. Los tres son buenos y feos. Quien haya estado a dieta y visitado un herbolario-súpermercado de dieta lo sabe, es todo sanísimo y feo, muy feo. El jabón es un producto bonito, pero tampoco para morir de amor, al menos no los de aceite, (no confundir con los glicerinosos jamás que me da un telele!). Son suaves, cremosos al tacto, casi aterciopelados, perfumados y para ser jabón fresco-fresco tiene que ser un pelín blando (no confundir con blandengue). Afortunadamente, pude decidir entre hacer un producto feo o uno que a mi pareciese bonito. ¿Que hubieseis hecho vosotros? Aún así todo el empaquetado no ha llevado ni el 10% del tiempo que ha llevado la fórmula, por tanto el mensaje en cualquier caso es: si soy lindo por fuera, por dentro ni te cuento!



Mito 2-  Lo mejor es el packaging.

De los creadores de yo controlo, hablo inglés medio y el lunes me pongo a dieta.

Todo mentira. Mira que me han pasado cosas en menos de un año, firmar con el notario mi S.L., alquilar el local que me gustaba, verlo decorado mejor de lo que hubiese imaginado, ver el packaging hecho realidad, tener un fiestón de inauguración perfecto... pero, sabéis que día lloré, de llorar-llorar-hipo de emoción y de pura alegría... fue el día que escribí los Incis y el registro sanitario, ese día que pensé que no llegaría nunca porque no os hacéis una idea de lo duro, difícil y tremendamente complicado que es llegar hasta ahí. Los Incis son los ingredientes en su nombre técnico o en inglés por orden de cantidad. Seguramente no lo sepáis, pero a cualquier productor con registro sanitario le piden las mismas exigencias que le piden a las grandes marcas, y no son pocas. Ver las fórmulas, los ingredientes que yo quería, sin conservantes, sin colorantes, sin parabenos, hecho a mano, sin siliconas, sin sulfatos, sin perfume, sin alcohol, con el máximo porcentaje de aceite esencial del mercado, incluso con Absoluto de Rosa, que cualquiera que sepa del precio de las esencias os dirá "esta chica esta loca"... fue un subidón que no puedo explicar con palabras. Ahora mismo estamos peleando por un sello de calidad bio que lo certifique así que cruzad los dedos, a ver si así os dais cuenta de que da mas pena dejar ese jabón empaquetado que usarlo. Hay muy poquitos jabones como los nuestros, y no, no es (solo) amor de madre. Haced como yo y disfrutadlos mientras podamos, que cualquier día llega una ley que me obliga a ponerle "nosequé sintético" y ya os aviso de que yo me niego.


Mito 3- Si no hace espuma no limpia

De los guionistas de -Elvis Vive, -Walt Disney está congelado y -Cariño, esto no es lo que parece.

Es una mentira como un piano. Al jabón se le dice que es una piedra casi mágica porque es una emulsión dura de un porcentaje de agua y aceites o mantecas unidos por un alcalino (para los más técnicos, esto se llama saponificación). Lo que quiere decir que se puede diluir tanto en grasas como en agua. Si nos duchásemos solo con agua, la grasilla que genera nuestra piel haría de impermeable, y la mierdecilla y suciedad seguiría ahí, tal cual. Por eso usamos jabón, que se funde con nuestra propia grasa, y gracias al agua, consigue arrastrar la suciedad. Además si tiene aceites buenos tu piel ya irá absorbiendo lo que naturalmente necesita desde la ducha. Aviso, el cambio de un producto sintético a uno natural puede ser espectacular, hidratación, aspecto, suavidad... una gozada. ¿Ya estamos limpios?, pues vamos con la espuma.
La espuma natural la hacen algunos aceites específicos, el aceite de coco hace mogollón de espuma por ejemplo, pero el aceite de Oliva, que es mas valorado no, ese hace crema. Lo que pasa con el aceite de oliva pasa con la manteca de cacao, con el karité y con infinitas materias primas maravillosas por la que merece la pena sacrificar la espuma, lo que pasa es que estamos tan sugestionados por años y años, vidas enteras de publicidad, de ver baños de espuma interminable, que cuando llegamos a la ducha si no hay espuma automáticamente identificamos que no estamos limpiándonos lo suficiente. Mal.
Un jabón rico en aceites no hace demasiada espuma y se valora por la crema que hace, que además es signo de su baja alcalinidad, vamos, que es delicado y no un agresivo de calavera y dos tibias. Como la obsesión por la espuma es un ansia difícil de cubrir, pues nunca haremos mas espuma que la chica de la peli, los fabricantes comenzaron a introducir los sulfatos en los jabones, y de ahí a los champús, (si, por estos sulfatos ese famoso champú hace tanta y tanta espuma para ti y para todos tus compañeros). Ahora nos damos cuenta de que los sulfatos no son buenos, (tiene tela que nos lo tengan que decir, porque cuantos años llevas usando ese champú y aún no estás contento con tu pelo, ¿o me equivoco?). El caso es que, no quiero ser alarmista, pero esos sulfatos introducen dioxinas en tu cuerpo, causan problemas de salud, irritaciones, alergias, e incluso están relacionados con el desarrollo del cáncer y por si fuese poco te dejan el pelo y la piel hechos un asco. Suelen aparecer con el nombre Sodium Lauryl Sulphate. Sabiendo esto comprenderéis como algunos cosméticos chachis se cubren de gloria poniendo por ejemplo "limpiador sin jabón", toma ya!, yo me quedo con una cara de tonta que cualquier día salgo sola de manifestación. No se lo tengamos en cuenta, lo que quieren decir, amigos, es que no llevan ni sulfatos*, ni jabón con sulfatos, es decir, que va a ser suave y que no va a hacer mucha espuma. (*ojo que algunos aún así llevan sulfatos!).
Espero que lo empiecen a nombrar de otra manera pronto, o seremos la primera marca que hagamos "jabón sin jabón" y nos vamos a quedar tan anchos!

Yo acabo de romper tres mitos, 
¡te toca a ti romper el envoltorio!

*hay muchos mas mitos jaboniles, si os ha gustado otro día seguimos!

 ♫ Best Day of My Life – American Authors  

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