Crisis


Estamos hartos. Hartos de leer el periódico, de ver los telediarios, de escuchar la maldita palabra por todas partes y quedarnos con cara de ¿yo que he hecho para que me caiga esta bronca?. No entendemos nada. Yo al menos no lo entiendo. Solo se que una palabra nos ha puesto una nube negra encima, y si dices que ves el sol eres un loco. Nos han diagnosticado depresión crónica, antes de sentirnos mal. Y así funcionamos, con un placebo moral, estamos mal, y nos lo creemos. Mal.
Una perfecta campaña publicitaria, de la tristeza, de desesperación... y lo peor, que es verdad, no estamos bien, asomándonos por la ventana a ver si algo cambia, así expectantes, a ver si nos toca lotería divina o vete tu a saber qué, que nos saque de todo esto. No salimos, se oye. Y otra vez nos lo creemos.


No vengo a daros mensajes positivos, (uno mas ya es demasiado), ni lecciones de vida, ni nada de eso,  relajaos.  Pero a ver si alguien me saca del aturullo mental, a ratos despotrico contra la crisis, como si fuese la culpable de todas las cosas que pasan, y a otros soy de las que piensa que la crisis es un ciclo mas, solo un ciclo, solo eso... no se quien se empeña en que nos quedemos con los brazos cruzados, pero lo están consiguiendo. "Estamos en crisis, ni lo intentes". Y vamos y otra vez nos lo creemos.
¿Os lo creéis de verdad? No os lo creáis.


Ilustración para ver todos los días de Mónica Carretero

A pesar de que a esta parada venís a por dosis de cosas bonitas yo, os lo cuento, y no por abrir el libro familiar, (que todos tenemos uno, y todos podemos mirar atrás),  pero de vez en cuando esta bien que esto sea un blog y no un escaparate más. Este es mi "cuéntame" particular; mis abuelos fueron inmigrantes con la maleta siempre lista, emprendedores de verdad, de trompazos y triunfos en países extraños. Mis otros abuelos labrando la tierra y ganaderos de 6 de la mañana a la sombra de una postguerra dura en un pueblo del norte. Mi padre huyó de una dictadura militar cuando más de la mitad de sus amigos habían desaparecido, y mi madre lleva trabajando desde que era una niña, y nunca la escuché quejarse ni presumir de ello. Y no solo se trata de trabajo, nos pueden decir misa, pero el trabajo no lo es todo. No son tan lejanas las dictaduras, las obligaciones morales y las tradiciones ridículas a las que se debía de rendir culto. Y ahora vamos nosotros, que nos debemos creer tan especiales que lloriqueamos por las esquinas, ridículos, absurdos, con la palabra crisis todo el día en la boca. Y pensamos que somos los mas desgraciados porque nos ha tocado vivir esto. Como si fuésemos orgullosos merecedores de olvidar otras épocas que están a la vuelta de la esquina, comiéndonos a bocados la memoria que deberíamos llevar tatuada.

Yo, por mi parte, me niego a dedicarle un minuto más, ya fueron bastantes, y menos mientras voy viendo que la vida va pasando por delante, días que no vuelven y que desgastamos viendo las noticias, o peor aún, soñando entre lamentos con que nos merecíamos vivir mejor. No quiero que en nuestro réquiem mencionen la crisis, haciéndola protagonista de una época que en realidad está llena de esfuerzo, ganas,  amor y otras cosas que de verdad tenemos.
Quiero que se diga que vivimos en la época dorada de internet, o en los locos años de los viajes low cost o en la transición de los cubiertos de madera a los washitapes... me vale casi cualquier cosa.
Y como dicen que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, y yo te desprecio mucho, prefiero hacerme la loca...
¿crisis? ¿qué crisis? la crisis son los padres.

BSO 
♫ The Scientist (feat. Alexa Narvaez) – Jorge Narvaez 

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