No es el olor, que ya anticipa sensaciones nada más retirar el envoltorio, es esa vibrante sensación que deja en la piel, mezcla de frescor y escalofrío, pero a la vez calorcito… te deja ¿templada por dentro y fresca por fuera? Y es que el aroma es muy suave, no es de esos que se te pegan a la garganta mientras te enjabonas pero no te hacen sentir nada después (sí, como un mal amante) Digamos, al modo de los enólogos que abundan en mi tierra, que la sensación en nariz es sutil pero intensa en la piel, muy intensa. No sé, el caso es que dan ganas de mover la cadera y salir a la calle en busca del frenesí. Ya sé, es poco apropiado para una ducha mañanera antes de ir a la oficina del Inem a hacer colas y papeleos, pero oye, esta noche repito ducha y me lanzo a las calles en busca de saaaaalsá… y si la cosa se pone mala, tengo aun un paquetito de Salviame por estrenar. Si es que Olivia tiene jabones para todo!
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